Érase una vez un apuesto caballero conocido como Don Cassette, un hombre alto, educado y simpático.
Don Cassette no tenía novia. Su última relación con la princesa Afrodita había fracasado estrepitosamente, ya que cada vez que ella realizaba su conocido ataque que no podemos reproducir aquí porque nos leen niños pequeños, el príncipe recibía un durísimo golpe que lo mandaba directo a la UCI.
Cansado de tanto fracaso, el príncipe Cassette decidió emprender la búsqueda de su nuevo amor a través del Chat de Terra.
Se buscó un nombre sugerente “Shur_principe_reshulon” y se lanzó a la piscina.
Comenzó hablando con una tal “Rubia_19”, pero al poco tiempo descubrió que en realidad se trataba de un hombre con pelo en la espalda. Al día siguiente probó con “Líbido_por_las_nubes”, pero su adicción a los estupefacientes generó cierta inseguridad en nuestro príncipe.
Cuando ya estaba a punto de rendirse, y se había desnudado, atado las manos a la espalda y privado de oxígeno (¿alguien dijo David Carradine?), el sonido del ordenador le devolvió a la vida. “María_Unpajote” le había hablado, y parecía una chica de fiar.
María Unpajote: Hola Principito. ¿Qué tal te encuentras hoy?
Shur Príncipe Reshulon: Hola María. Estoy más aburrido que Stevie Wonder en una película muda. Y tú ¿qué tal estás?
María Unpajote: Yo muy bien, aquí, pintándome las uñas. ¿Y eso? ¿Qué te sucede?
Shur Príncipe Reshulon: Nada, la sociedad me tiene un poco olvidado, la verdad.
María Unpajote: Eres la mar de divertido!! A todo esto, ¿Qué edad tienes?
Shur Príncipe Reshulon: De mediana edad, tengo 47 años, pero me conservo muy bien. ¿Y tú?
María Unpajote: tienes más años que Tutankhamon, menos mal que a mí la edad no me importa. Yo soy un poco más joven que tú. Tengo 18 años recién cumplidos. Soy toda una Lolita.
Shur Príncipe Reshulon: ¿Cuál es tu procedencia? ¿Corre sangre azul por tus venas?
María Unpajote: Lo único azul que tengo es un conjunto de braguitas sexys. Soy de Grecia, pero actualmente resido en España. ¿Has estado alguna vez?
Shur Príncipe Reshulon: Anda, yo también vivo en España. Aunque yo he nacido en Holanda. La verdad es que he viajado por todo el mundo, con tan solo un año, es decir, en 1964, ya había conocido todo Estados Unidos, donde fui nombrado Excelentísimo Compact Cassette.
María Unpajote: Si realmente eres el príncipe que dices, tendrá que existir algún Rey, ¿no es cierto?
Shur Príncipe Reshulon: Efectiviwonder. Mi padre es el Honorable Rey Philips.
María Unpajote: Esto parece una pregunta obvia pero, ¿te gusta la carne o el pescado?
Shur Príncipe Reshulon: Jajajojujeeje. Soy un carnívoro empedernido baby.
María Unpajote: Y otra más, ¿analógico o digital?
Shur Príncipe Reshulon: Soy completamente analógico. El último de mi estirpe. El resto de formatos que llegaron a continuación emplearon tecnología digital, pero yo me mantengo fiel a los principios clásicos.
María Unpajote: ¿No tienes intriga de saber cómo soy?
Shur Príncipe Reshulon: No.
María Unpajote: Te lo contaré de todas formas hijo de fruta. Soy alta, pelo largo, ondulado y castaño, una sola ceja, unas grandes orejas que me resguardan del frío cuando me acurruco en ellas, y una boca grande como un buzón. 1’99 m de altura, 52 kg, soy pura fibra.
Shur Príncipe Reshulon: Hmm… Me muero de ganas de verte y de lanzarte como si de una jabalina te tratases. Yo soy muy distinto a ti, espero que no te asustes y huyas como las termitas del oso hormiguero macho alfa.
Yo tengo dos pequeños carretes, por los cuales me pasa una cinta magnética que me hace cosquillitas cuando sube y baja (ejem, ejem). Para no hacerme daño, una potente y resistente carcasa de plástico me protege de los Ele Casei Inmunitass. Por cada cara de mi cinta tengo dos pistas de audio en estéreo (lo que hace un total de cuatro). Además, tengo dos caras, según me coloques boca arriba o boca abajo.
María Unpajote: ¿Cuál ha sido la época favorita de tu vida?
Shur Príncipe Reshulon: Pues así, sin ser muy preciso te podría decir que desde el 8 de Julio de 1978 a las 00:05 hasta el 21 de Octubre de 1993 a las 16:20. A finales de los 70 mi popularidad empezó a subir como la espuma de una cerveza Cruzcampo servida por Michael J.Fox.
Todas las discográficas grababan sus canciones en mí. Me invitaban a todas las fiestas y era tratado como el VIP de los VIP, más aún que el King del Burger King. Millones y millones como yo éramos vendidos cada año. Ohh, como añoro esos años. Pero llegó 1993 y el gilipichi del Compact Disc me superó en ventas. Desde ese día los chavalines ya no coleccionaban mis cromos, sino que empezaron a preferir los de Chiquito de la Calzada.
María Unpajote: Háblame de alguno de tus amigos.
Shur Príncipe Reshulon: Le debo mucho a mi gran amigo el Sony Walkman. Él llevó mi fama a todos los rincones y cuartos de baño del mundo. Formábamos una gran pareja, había algo especial entre nosotros… Pero sin mariconeos, ¿eh? Además, agradezco que Sony haya mantenido ese nombre hasta nuestros días, hace que me sienta una leyenda viva, como Papuchi (aunque de vivo tiene bien poco).
María Unpajote: ¿Cuáles destacarías como tus principales virtudes?
Shur Príncipe Reshulon: Mi esbelta silueta me permite ser transportado a todos los lugares. Además, se pueden grabar canciones en mí una y otra vez… tengo más aguante que Antonio David. Mi calidad de sonido es bastante respetable, y tengo dos agujeritos muy sexys.
María Unpajote: ¿Defectos? Piénsatelo dos veces antes de decirme nada…
Shur Príncipe Reshulon: Con el uso mi calidad empeoraba, hasta llegar a un punto en el que era imposible escuchar nada en mí. Las canciones parecían psicofonías de Iker Jiménez. Además, rebobinar la cinta es una tarea muy pesada, y mi capacidad era algo limitada (aunque aumenté hasta los 90 minutos después de hacer pesas con latas de sardinas).
María Unpajote: Oh, querido Príncipe, nada haría más feliz a esta hermosa y espigada doncella que conoceros.
Shur Príncipe Reshulon: Te pongo en lista de espera. Ya te avisaré.
...
(A los 5 minutos)
...
Shur Príncipe Reshulon: Mi lista de espera ya se ha quedado vacía. ¿Dónde y cuándo quedamos?
María Unpajote: En la cafetería Sandy’s. La camarera Gladys es mi amiga, y sé que no nos escupirá en la comida, y que los cocineros se lavarán las manos después de… bueno… tú ya sabes qué.
Shur Príncipe Reshulon: De acuerdo. Nos vemos a las 17:00 del 30 de Febrero.
María Unpajote: Ese día no existe.
Shur Príncipe Reshulon: Ajam…!!! Veo que eres lista!! Es una prueba que hago a todas mis pretendientes para asegurarme que tienen un CI superior al sevillano medio. Llevaré los cordones de mis zapatillas rojos para que puedas reconocerme.
María Unpajote: Yo llevaré mis braguitas azules sexys. Y nada más.
Shur Príncipe Reshulon: Chao pescao.
…
…
…
El Príncipe Cassette lo había conseguido: tenía una cita con la mujer de sus sueños. Habían quedado en una apestosa cafetería, en el peor de los antros imaginables, pero todo eso no importaba. A las cinco de la tarde conocería a su jabalina favorita.
El Príncipe Cassette se había puesto el mejor de sus trajes, combinado con unas zapatillas de correr. Por su parte María Unpajote le esperaba sentada con un vestido de seda transparente, mostrando su conjunto de lencería azul sexy.
Pidieron un revuelto de huevo duro y bonito. Estaba delicioso. Se notaba que Gladys había cumplido su promesa y que los cocineros habían usado papel higiénico en lugar de sus manos para rematar la faena.
Shur Príncipe Reshulon: Te amo.
María Unpajote: Y yo.
La cita fue todo un éxito. No hizo falta nada más. El Príncipe Cassette había triunfado, y tras avisar a sus amigos por Tuenti, decidió casarse con su amada. Nueve meses después nació el heredero de la corona, el Soltero más guapo, el increíble Sloth Cassette Pajote.
FIN
Un saludo a todos los espectadores de El Octavo Traste!!!
